miércoles, 13 de mayo de 2009

DESHOJANDO MARGARITAS


Cosa curiosa, ¿se han percatado de como pasa el tiempo?, las preocupaciones van cambiando, las responsabilidades van aumentando y como dicen por ahi "la sabiduría viene con la edad" ... lo cual no es necesariamente del todo cierto.


Muchas personas, por no decir todas, pasamos la vida deshojando margaritas, en un limbo permanente, un limbo que resulta, al menos temporalmente, mejor que la fea realidad, un limbo en el que nos damos la licencia de pensar que el resultado de lo que queremos va ser exactamente como lo habíamos planeado, a pesar de que muchas veces sabemos desde el primer pétalo como terminará la historia.

El limbo es el lugar perfecto para evitar lo inevitable, eso que que el bizarro sexto sentido avisa, ese retorzon en la barriga, ese indicador de que algo no es correcto y que pronto te descubriran o terminara con un desenlace espantoso. Nos aferramos al limbo, por mas doloroso y quema neuronas que resulte momentaneamente puede ser placentero, esos ratitos que nos hacen pensar que son solo cosas e inventos del enredadisimo cerebro y conjugaciones neuronales que nos hacen creer cosas que supuestamente no existen, cuando son tan reales como la mismisima gripe porcina.

¿Qué nos obliga a aferrarnos?, será un capricho? o será el deseo infinito de no habernos equivocado una vez mas? de no haber invertido tiempo, hecho planes, momentos inolvidables, compartido incontables situaciones que nos obligan a creer que no puede ser de otra forma, que todo lo luchado, sufrido y logrado ha tenido un verdadero propósito en nuestra vida, por ende el último pétalo no puede dejarse caer de esa forma.

Si con los años viene la sabiduria, entonces por qué con el pasar del tiempo dejamos que las cosas avances a tal punto, al último pétalo, a ese momento de incertidumbre en el que nadie se merece vivir, salir del glorioso limbo y caer a 100 km por hora a la realidad, a la que evitamos con tanto esfuerzo

Por terrible que parezca, no hay mejor receta que la realidad, dejar de deshojar margaritas y aferrarnos a lo que sabemos y conocemos, ya que ese sexto sentido nos avisa, nos predice y nos hace ver la realidad, dejar de ver las cosas desde adentro y tener una perspectiva "real" de como van a terminar las cosas. Dejar el limbo por la ansiada realidad y aferrarnos a lo que si se puede y debe aferrar, a lo que si nos pertenece y dejar que los años nos dejen un poquito mas que viejas frases y expresiones, que nos dejen vivencias y sentido común para saber cuando dejar de arrancar inultimente petalos de una flor que no merece ser deshojada.

[Agradecimiento por la Ilustración a esta talentosa persona que me inspira y admiro profundamente]