lunes, 10 de junio de 2013

El amigo sin derecho



Siempre sucede, es una leyenda urbana la existencia del "amigo con derechos", pues mientras más uno se esfuerza por negarlo, mas involucrado termina. Yo era fiel creyente que mi composición cromosomática era totalmente diferente a la común fémina, pensé que sabía diferenciar entre blanco y negro, y que somos las personas y no las circunstancias las que complican las situaciones sentimentales. Con esto, no estoy diciendo que no crea que es posible, sólo que por el momento no está dentro de mis opciones.

Todas las historias tienen un inicio parecido. Empieza con cierta tensión provocada por un determinado nivel de atracción física y química del momento, ¡tener cuidado! mientras más crece la tensión más crecerá el impulso de hacer algo más. A la tensión le sigue el coqueteo, el hecho de saber que te mira de alguna manera te obliga a ponerte más linda a propósito, usar el jean mas ajustado y hacerle saber que debajo de esa blusa hay 2 lindos adornos... pues eso ya no incrementa la tensión, por otro lado, genera algo que se llama deseo. El deseo es la última fase antes de caer, cuando llega a abrumarte y solo el escuchar la voz de la otra persona te pone la piel de gallina, créeme... estas en problemas.


El deseo tiene usualmente 2 tipos de desenlace: suprimir la emoción o dejarte llevar. Suprimir el deseo, significa minimizarlo, aguantarlo, moder la almohada, hacerte a la loca, bañarte con agua helada, ser racional y cerrar todo destello de luz que signifique una oportunidad para llevar a cabo la más erotica fantasía sexual con el objeto del deseo. No te preocupes si mueres del ansiedad al inicio, es normal, es como entrar en abstinencia de algo que jamas has probado pero que cada poro de tu cuerpo pide, necesita, DESEA. Si superas la abstinencia, poco a poco el deseo se convertirá en una historia más, claro que sin "final feliz".

 

Dejarse llevar, si bien es cierto es mucho (pero muuuuucho) más divertido, es un arma de doble filo, siempre trae consecuencias, y ninguna es agradable. Cuando te dejas llevar te sientes invencible, crees tener la situación bajo control, que nunca nadie se va enterar, que ese secreto muere ahi. Pensarás que la emoción del juguete nuevo acabará en 1 o 2 meses. Pues querido lector, si eso piensa usted, que equivocado que está.


Un pequeño tip: no te dejes envolver por la adrenalina del momento, el rush de un beso, la sensanción de unas manos extrañas en ti, porque eso sólo te hará desear más. La frecuencia de los encuentros y la duración del pseudo romance generan algo nuevo, muy por encima del deseo que yo llamo "la necesidad". Sentirás la necesidad de tenerlo o tenerla en frente tuyo y no serán encuentros llenos de lujuria, sudor y alcohol, sin que te des cuenta te abrazarán y te darán un beso en la frente, Cuando menos lo pienses, no te va molestar que sus miradas se crucen y se queden pegadas por minutos, besos cariñosos en lugar de apasionados y sobre todo, cuando cambias la pregunta de rigor ¿me harás algo más o ya me voy a mi casa? por no querer cambiarte y salir de la habitación, porque dentro de ti, sabes que una vez que pongas un pie fuera de ese lugar, "eso" no existe y mucho menos es factible sea cual sea el escenario.


Sentir necesidad de estar fisicamente con alguien no es estar enamorado, tener sentimientos hacia alguien no significa que mueran de amor por ti, y no entender que te hace sentir así no es amor, es sencillamente una señal de alerta. Es un aviso divino de que algo no está bien, de que te estas desviando del objetivo primario del viaje maravilloso llamado el deseo. No quiere decir que van a dejar su vida por tí y mucho menos que una deba hacerlo por él o ella. Es sólo una alerta divina, es un aviso, de que tarde o temprano las consecuencias te alcanzarán y que nos guste o no, el amigo con derecho, no siempre tiene un final feliz para los 2.